sábado, 10 de junio de 2017

Mitos de los niños con altas capacidades

¿Qué significa ser un niño con altas capacidades? Un problema actual que afecta a los niños con altas capacidades, a su identificación y entorpece la atención educativa que reciben, son los mitos sobre qué significa ser alto capaz.
Hay mucho desconocimiento sobre el tema y además genera "miedo" enfrentarse a un hijo o alumno con altas capacidades. Tenemos la sensación de que ser más listo va a suponer un problema para mí como padre o profesor o bien podemos pensar que tener altas capacidades no implica necesidades especiales en estos niños. Estas son las falsas creencias y los mitos asociados a niños con altas capacidades.

Falsas creencias de los niños con altas capacidades

Mitos relacionados con los niños con altas capacidades
Muchas veces hemos oído eso de "muy listo no será porque suspende matemáticas", o " ser demasiado listo es un problema, mejor ser normalito"... Estas y otras creencias negativas sobre lo que es la alta capacidad son las que afectan al desarrollo y atención específica de estos niños, y son las que realmente dan lugar a problemas.
Es decir, si de base considero que la alta capacidad es un problema y, por lo tanto, lo evito y no le doy la atención necesaria, si un niño con esta características muestra y desarrolla problemas de comportamiento, de frustración, emocionales, etc...; si el niño se siente diferente y además ese ser diferente tiene tintes negativos... ¿no es normal que manifieste problemas escolares, suspenda, o se comporte de un modo no adecuado?
Algunos mitos de los niños con altas capacidades que debemos abandonar son:
- Aprenden muy rápido, lo entienden todo a la primera. Nada más lejos de la realidad. Los niños con altas capacidades pueden tener problemas para aprender las restas con llevadas como cualquier otro niño, por ejemplo.  Ser alto capaz no implica que el niño venga de serie con las cosas aprendidas, y ante situaciones o aprendizajes novedosos puede presentar los mismos problemas que cualquier otro niño. Nada que ver tiene ser un niño con un CI alto y altas capacidades con ser disléxico o tener un TDA-H. Una condición es independiente de la otra, por lo que perfectamente se puede tener un Cociente Intelectual de 130 y dislexia.
- Sacan buenas notas en todo. Los alumnos de altas capacidades no necesariamente tienen que obtener notas excepcionales (de hecho no es lo más frecuente), ni exactamente el mismo rendimiento en todas las materias, ya que pueden estar más motivados hacia algún campo específico. Además, en el caso de los talentos, es habitual que tengan un rendimiento muy desigual en las áreas que dominan respecto al resto de áreas, en las que pueden tener un rendimiento medio o incluso bajo. No debemos caer en el error de pensar que un niño brillante en una de las áreas académicas también lo será en el resto.
- No necesitan ninguna ayuda en el colegio. Por su extraordinaria capacidad potencial, estos niños necesitan unas ayudas específicas sin las que raramente podrán llegar a alcanzar su pleno desarrollo personal e intelectual. De hecho, en algunos países se incluyen a los niños con altas capacidades entre los alumnos con necesidades educativas.
- Son niños precoces en todo. Falso, no todo niño con altas capacidades es precoz en su aprendizaje ni todo niño precoz es alto capaz. Un niño puede empezar a hablar muy pronto y no por ello tiene altas capacidades. Precocidad no es sinónimo de Cociente Intelectual superior.
- Son niños con dificultades a la hora de socializarse, con baja tolerancia a la frustración y pocos amigos. Que un niño tenga dificultades para socializar y poca tolerancia a la frustración no tiene tanto que ver con la condición de altas capacidades en sí, sino del ajuste del niño al entorno y viceversa. Es decir, que el niño conozca y asuma sus diferencias y las asuman también padres, profesores y compañeros. Se trata aquí de valorar la diferencia como enriquecedora para todos. 
Lo que ocurre a veces, es que sus intereses son diferentes del resto de niños de su edad, por lo que, en ocasiones, prefieren la compañía de adultos o niños mayores que ellos ya que tienen más que aportarles. No obstante, aunque intelectualmente son capaces de entender muchas cosas al nivel de un adulto, sus necesidades emocionales, sociales, etc... siguen siendo las de un niño de su edad, (es lo que llamamos disincronía evolutiva, o la  falta de sincronización en el desarrollo intelectual, social, afectivo, físico y motor) 
Lo que no podemos olvidar es que los niños con altas capacidades, son niños, y tienen las mismas necesidades que puedan tener el resto de niños, y además una necesidades específicas por su condición de alta capacidad. De la misma manera que un niño con TDAH, Dislexia o retraso madurativo, por ejemplo, tienen ciertas necesidades específicas, un alto capaz también, y no dar respuesta a las mismas supondría un problema para ellos, (autoestima, problemas escolares, etc...).
Como ante cualquier otra dificultad que pueda afectar a nuestro hijo, acudir a los profesionales para que valoren, diagnostiquen y nos orienten sobre las necesidades de nuestros hijos es fundamental.
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